Gracias a ti, persona que está leyendo esto, tengo las ganas y la inspiración para hacer de mis sueños palabras, GRACIAS :)

sábado, 14 de enero de 2012

Capítulo 6#.

Dos chicos. El de la izquierda, pelo rizado, ojos claros, preciosos, una sonrisa hipnotizante, y una rosa blanca esperaban en la puerta. Y el de la derecha, pelo oscuro, más corto y hacia arriba, piel más morena, una sonrisa que echaba para atrás de lo linda y hermosa que era, unos ojos que te mostraban todo un mundo, que daban ganas de perderse en ellos, también esperaba con otra rosa en la puerta. Pero llegó alguien inesperado, otro chico, pelo castaño, casi liso, una sonrisa preciosa, con un miedo terrorífico a las cucharas, y una rosa roja, llegaban por detrás pidiendo disculpas por el retraso. Me quedé a cuadros. Y Ana se quedó igual cuando a los pocos segundos llegó por detrás mía.
- Oh... - Dije mirando a Zayn.
- Dios... - Dijo Ana mirando a Harry con una sonrisa.
- Mío... - Dijo Lucía, que no sabemos ni cómo ni cuando, apareció también detrás de Ana, dejándonos atrás, ya vestida y peinada, con los ojos como platos, acercándose a Liam. 
Los seis sonreímos. Aunque yo ya no hacía caso al mundo, definitivamente me perdí en la mirada de Zayn. Se veía totalmente hermoso, más que nunca. Y yo a su lado daba pena, o eso tenía yo metido en la cabeza. 
- ¿Vamos? - Me dijo él, extendiendo su mano. 
Asentí con la cabeza y me despedí de los demás, que parecían encantados. Sonreí y le di la mano a Zayn mientras caminábamos. Sólo con rozarle ya se me aceleraban progresivamente los latidos del corazón, incluso juraría que me ruboricé. Pero esa sonrisa que él me había pintado, esa sonrisa no me la quitaba nadie. Pero de repente paramos y él se colocó delante mía.
- Esto es tuyo, que se me ha pasado dártelo... - Y me entregó la rosa. La miré, la llevé hacia mí y sonreí. Era tan bonita como él, tan bonita como la sonrisa que él tenía en ese momento. Sonreímos ambos, y rosa en mano, fuimos caminando por el barrio. Era muy bonito, más que cuando fui a verlo con Ana y Lucía, me fijé en cosas de las que nunca me habría fijado, el recorrido se me hizo demasiado corto. Sin quererlo, pasaron cuatro horas, cuatro horas en las que caminamos, hicimos pequeñas carreras, cantamos, saltamos por las calles, y sobretodo lo más importante; en cuatro horas fui la persona más feliz que jamás ha pisado la tierra. 
- Vaya, ya es la hora de comer, ¿te apetece parar aquí? - Me dijo él, señalando un restaurante a dos manzanas de donde nos encontrábamos.
- ¡Sería estupendo! Pero no llevo nada de dinero...- Y en ese momento recordé que mi padre me había ingresado dinero, y yo apenas lo había tocado aún. Y eso era raro. Necesitaba ir de compras, sí. 
- No seas tonta, invito yo. - Me dijo él, dándome de nuevo la mano y dirigiéndome hasta el establecimiento.
- Vale... pero a la próxima invito yo. - Dije sonriendo. 
Él me respondió sonriendo y negando la cabeza mientras andábamos. Ya no sé si era una negación de 'no habrá próxima vez' o de 'no pagarás nunca, serás mi princesa'. Era más lo primero que lo último, al menos eso quería creer yo. Entramos, era todo un poquito más formal de lo que me esperaba. Me miré mientras Zayn pedía una mesa, y comparada con como iban algunas personas del local, yo venía del gimnasio. Me dió hasta vergüenza estar allí pero estando con Zayn, no sabía por qué, pero el resto del mundo me daba igual. 
- Por aquí señorita. - Me dijo Zayn en el oído mientras me empujaba suavemente por la espalda hacia una mesa cercana. 
Sonreí, y me mordí el labio cuando hizo eso. No sabía por qué, aunque me lo empezaba a imaginar, el por qué de esos escalofríos cuando le veía, o le rozaba, por qué esos incrementos de mi frecuencia cardíaca, por que no podía dejar de sonreír si pensaba en su nombre, sabía por qué era todo, pero ahora no pensaría en eso, no, ahora no. El camarero vino a tomarnos nota de lo que pediríamos. Pedimos, más para él que para mí, y a los pocos minutos nos lo trajeron. Comenzamos a comer y todo estaba riquísimo. Aunque, ni comparación con la comida española. Esa era única, y en el mundo no había otra igual, eso estaba claro.
- Seguro que estarás pensando que como la comida española, ninguna. - Dijo Zayn riendo mientras bebía un poco de agua.
Asentí con la cabeza sonriendo, y volví a ponerme colorada. Me leyó el pensamiento, eso estaba claro. Terminamos de comer y él pagó, no me quiso ni enseñar la cuenta, aunque casi se lo pido de rodillas y nada. Salimos del restaurante y miré el móvil. Se me había olvidado que lo tenía en silencio, y tenía 6 llamadas perdidas y 3 mensajes. Las llamadas eran, tres de Christinna y tres de Helena. Seguro que se preguntaban que donde estaba. Claro, no les dije nada de que me iba. Qué mal, bueno, luego me disculparía. Miré los mensajes, y tenía uno de Louis, otro de Harry y uno de Zayn. ¿De Zayn? ¡Pero si lo tenía al lado en este momento! Este chico estaba loco. Pero aún así sonreí cuando lo vi, y comencé a ver los mensajes, empecé por el de Louis.
¡Oye! ¿Dónde estáis tú y Zayn? Espero que no estéis haciendo cosas raras por ahí. Más te vale traerlo tempranito a casa, ¡o tendré que castigaros a los dos! Jajajaja, era broma tonta, pero espero que me cuentes al menos si contrato a un grupo de música rock a tu boda con él, o a una pequeña orquesta. ¡Tú dirás! 
Desde luego, este Louis... Él seguía empeñado en una boda que nunca se realizaría, pero me hacía reír, mucho, aunque él tiene fama de eso. Ahora pasé al de Harry.
Cariño, soy Ana, se me olvidó el móvil en la casa. Tenemos que hablar luego super seriamente de todo, ya te contaré. ¿Has visto a Lucía? No me la he encontrado... ¡Y a ti tampoco! A saber donde estás. Te veo a la noche. Te quiero mucho. 
Mi Ana, que estaba con Harry. Desde que la conozco siempre ha estado enamorada de él, aunque Harry ni si quiera supiese de su existencia, siempre era la señora Styles. Y ahora llegué, al que yo creo que quería leer el primero de todos. El de Zayn.
¿Tan poco te ha gustado la comida que ni si quiera me miras tras salir del restaurante? Eres cruel, que lo sepas. Jajajajaja, ¿te apetece ir a por unos helados? 
Pero, si estaba a mi lado sonriéndome mientras lo leía a la par mía. Volví a morderme el labio. Era tan guapo, tan perfecto, tan...inalcanzable.
- Entonces qué, ¿te apuntas a por unos helados o no? - Me dijo él cogiéndome el móvil y guardándolo él en su chaqueta.
- Vale... pero... - Miré el bolsillo donde había guardado mi móvil con cara de asesina. - Devuélveme el móvil.
- No, que te picas y me dejas marginado. Luego te lo doy. - Me sonrió haciendo una pequeña burla y después me guiñó un ojo.
No podía reclamárselo más. Me había asesinado con esa sonrisa, con el guiño, incluso con la burla, me había asesinado desde que lo ví la primera vez con su perfección. Pasamos unas cuantas calles y llegamos a una heladería que parecía que casi acababa de abrir. Él, pagando de nuevo porque no me dejó a mí, pidió una tarrina de chocolate para dos. Para dos. Para él, y para mí. Los dos. Nosotros. Dios, me encantaban esas palabras si las relacionaba con él. Fuimos a un parquecito que había al lado y nos sentamos para comernos el helado. Estuvimos charlando y riendo mientras comíamos, incluso él se permitió el lujo de hacerme una nariz de payaso de chocolate que luego yo le devolví.
- Eh mira. ¿Esos no son Ana y Harry? - Me dijo él mirando hacia un punto fijo del parque.
Miré hacia donde él dirigía la vista, y sí, eran Ana y Harry. Estaban como en un pequeño picnic, con la cestita de mimbre y todo. Por la hora, pensé que ya habían terminado de comer y ambos estaban tumbados encima del mantel mirando al cielo, y creo que se hacían algunas fotos. Era muy tierno verles juntos, definitivamente hacían una grandísima pareja.
- ¿Nos vamos para no cortarles el rollo si nos ven? - Me dijo Zayn casi susurrando en mi oído. Y de nuevo otro escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba a abajo.
- Claro, vamos - Sonreí y me levanté del banco de la mano de Zayn.
Seguimos haciendo turismo por la ciudad, aunque ya más alejados de donde yo vivía ahora. Estuvimos horas y horas dando vueltas, explicándome cosas y viendo muchos lugares de Londres. Era todo precioso. Y caso sin darnos cuenta, se nos hizo de noche, muy de noche.
- Anda, pero si son ya las 10:58 pm. ¿Crees que te regañarán? - Me dijo Zayn con un tono burlón.
- A mí no sé, pero a ti te espera una pequeña regañina de parte de Louis. - Dije mientras comenzaba a reír.
- Bueno... eso se puede evitar. - Me dijo él parando en seco.
- ¿Cómo? - Paré yo también y me puse delante de él. Miré un poco hacia los alrededores y ví que desde donde estábamos se podía contemplar el Big Ben. Desde luego Londres de noche era realmente hermoso. Todo estaba iluminado con luces amarillas y muchas blancas, cosa que lo hacía aún más precioso.
- Bueno, él se enfada si voy tarde a casa por amigos... - Me dijo él, acercándose lentamente hacia mí.
- ¿En serio? - Reí cuando dijo eso. Sólo de imaginar a Louis echándole una pequeña bronca de la mano de Harry a Zayn, me daba demasiada risa.
- Y tan en serio... Pero en cambio si... - Me dijo él, aún más cerca de mí. Ya casi podía notar su respiración en mi nariz, estábamos tan cerca que con sólo mover la cabeza unos milímetros chocarían nariz con nariz.
- ¿Si qué? - Dije yo. Se me notaba en la voz. Ese nerviosismo, esa aceleración del pulso, ese rubor que me estaba entrando, la respiración más acelerada, las ganas tremendas de hacer algo que podía arruinar o dar paso a otra situación diferente entre los dos.
Y pasó.

2 comentarios:

  1. Jodeee... con que intrigaa me dejaas chicaa! Subeee lo antes posibleee, me encantaa Un besoo:)

    ResponderEliminar

¿Te gustó? ¡Comenta!